Aún cuando las campañas políticas de aquellos años se centraban en la capacidad oratoria de los candidatos en plazas públicas, la antesala de las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970 se caracterizó por un particular contrapunto visual. Por un lado, la prensa oficialista se parcializó a favor de los candidatos conservadores, quienes aparecieron en sus páginas incluso el día de las elecciones, y por otro, el candidato de oposición recurrió a medios alternativos de difusión gráfica auspiciados y realizados directamente por su partido político (ANAPO). Como consecuencia de estas elecciones poco transparentes y de unos resultados dudosos surgió en 1974 el M-19 (Movimiento 19 de Abril), un movimiento subversivo que desde su fundación comprendió la importancia de una estrategia visual y simbólica para difundir su programa político.
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