Video killed the radio star, o “el video mató a la estrella de la radio”. El título de esta canción sugería la muerte de una tecnología por otra nueva, y en efecto con ella llegó el video musical y Music Television, más conocido como MTV. El canal que marcó a toda una generación de jóvenes en las dos últimas décadas del siglo XX, escogió el videoclip de esta canción, interpretada por The Buggles, para inaugurar su emisión en 1981. Luego de treinta años, radio y televisión siguen vivos: incluso, la llegada de Internet le ha sido afortunada; la red permite que jóvenes y viejos se enlacen al primero o a la segunda con la computadora y a través suyo. De otro lado, el videoclip, que no fue sólo resultado de un progreso tecnológico como tal, sino un género audiovisual que impulsó la industria discográfica, aún se mantiene como uno de los productos más atractivos de esa industria, gracias a los nuevos canales especializados que han surgido en la WEB.

Sin proponérselo conscientemente, Wilson Díaz se ha apropiado del lenguaje del videoclip en tres de los trabajos que se presentan en esta muestra. Esta operación deriva de su interés por la producción musical popular desde hace dos décadas, cuando realizó algunos performances donde imitaba y parodiaba conciertos realizados por músicos populares en centros comerciales y otros géneros musicales comúnmente usados en serenatas que él mismo contempló siendo niño y adolescente. En primer lugar, Los Rebeldes del sur (2002) registra presentaciones del grupo musical Julián Conrado y sus Compañeros en la zona de distensión en San Vicente del Caguán, cuando se desarrollaban los diálogos de Paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las FARC. El video registra la interpretación de dos canciones en dos escenarios diferenciados: el set de Inravisión y la plaza central del pueblo, de manera que son evidentes las correspondencias con los videoclips elaborados en concierto.

A su vez, la capacidad de la música popular para narrar y recrear acontecimientos e historias de la vida común, se manifiesta en canciones escritas e interpretadas por Wilson como Santa María de Wittenberg (2009) y Luces de Navidad (2009). Ambas canciones cuentan con versiones en video donde imagen y texto se complementan. La primera canción corresponde al relato de una experiencia de viaje en la que Wilson visitó la población alemana de Wittenberg, donde Lutero predicó las bulas protestantes en 1517 y que definen este lugar como la coordenada inicial para la expansión internacional del mundo cristiano protestante; su versión en video esta compuesta por un conjunto de secuencias que registran una masiva congregación cristiana en el Parque Simón Bolívar en Bogotá. El segundo video esta compuesto por una secuencia de fotografías tomadas por Wilson en las que registró la iluminación y decoración navideña dispuesta en el cauce del rio Cali en diciembre de 2008, caracterizada por figurillas de papel que representaban corteros de caña, apenas dos meses después del punto crítico en el prolongado paro que este sector de trabajadores sostuvo durante aquel año, cuando se frenó la producción de ingenios azucareros en el Valle del Cauca por varias semanas, lo que representa bien la grave situación que implicó uno de los paros más fuertes que ha habido de este sector económico durante el siglo XX; entre tanto, la letra de la canción alude a la situación de los trabajadores y la economía doméstica, y señala los beneficios que obtienen las grandes empresas y los grandes monopolios en la agricultura mundial y nacional con la explotación de la mano de obra de trabajadores, así como la complicidad de los gobiernos nacionales frente a dicha plataforma económica.

Entonces, el apoyo en el género del videoclip se ha manifestado en el trabajo de Wilson tanto en operaciones de registro directo como en función de sus composiciones musicales. Adicionalmente, su atención sobre la producción visual de la industria musical ha prestado atención a otros soportes: desde hace unos cinco años, Wilson inició una rigurosa colección de discos de vinilo que ha empleado en instalaciones y performances en los que apropia estrategias y operaciones propias de la escena musical popular y local. Para esta exposición preparó La empresa (2014), una instalación conformada por 40 carátulas de discos que fueron impresos para promover la marca de empresas privadas o públicas, y otras cuantas para campañas políticas y electorales durante el periodo del Frente Nacional (1958-1974). Simultáneamente, la acción Audición (2014), realizada durante la inauguración de esta exposición, complementa el carácter de dicha instalación, pues consiste en una selección de canciones originalmente incluidas en aquellos discos, y presentadas en vivo con cierto orden e intercaladas por breves relatos que contextualizan el momento político, económico o social en el que estas piezas fonográficas salieron a distribución.

De esta manera La Revolución no será televisada. Descarga musical de Wilson Díaz, presenta un repertorio audiovisual en el que se asimilan dispositivos y estrategias propios de la industria musical, como el videoclip, pero también de la tradición popular, como las audiciones o video audiciones que todavía ofrecen las salsotecas en Cali, y que atraen a los melómanos y aficionados de la música popular. No obstante en esa apropiación de dispositivos musicales se invierte su sentido convencional:  si el videoclip promociona la industria musical y el sector económico que representa, estos videos de Wilson Díaz plantean una reflexión sobre los usos propagandísticos de la industria musical y la ideología que en ocasiones le sustenta, cuestionan la institucionalidad del Estado y la religión, y subrayan la pretendida neutralidad con la que comúnmente se aborda la producción discográfica y musical.

Equipo TransHisTor(ia) – María Sol Barón Pino* y Camilo Ordóñez Robayo**–
1o de mayo de 2014

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* Profesora de planta Departamento de Artes Visuales, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá.
** Profesor de planta Facultad de Artes ASAB, Universidad Distrital Francisco José de Caldas y profesor de cátedra Departamento de Artes Visuales, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá.